La fiesta se acaba
otro lunes igual
batallando yo en vano
por llegar a ese cielo,
besarlo en mis párrafos
dueño de mi propio ser
y esencia al completo.
¿Me ves
como soy
así de agujero?
Muero lentamente
esperando aquel sueño,
ya no me elevo
y la corriente me lleva
ligero a su vuelo de estrella...
Mi mundo en pedazos
recuerda una historia.
Difundo este trazo
enfermo tan sobrio,
mi infelicidad abarcando territorios
remonta... Recaigo
en la forma de tu cuerpo,
de tus labios
como única salvación ya posible,
pero tú te encuentras al margen
bien escondida.
No vuelvas
si es ese tu plan:
estoy más que harto de siempre esperar...
Aullando a la luna
por las noches me verás,
yo un bala perdida.
Se desangra mi herida...
¿Por qué eres tan cruel?
Me llevarás al suicidio:
voy a tirarme de un puente
para ser siempre un niño
de nuevo sonriente.
Delicias probaré
entre las nubes tan verdes...
Dibujo tu ser,
me devuelves cincuenta,
me llenas de miel.
Eres un fantasma
y yo atrapado en tus redes
no puedo toserte.
Algún día emprenderás el vuelo
de vuelta muy lejos...
Lo sé
como sé tantas cosas
que no puedo soltar a su aire,
destrózame: soy yo el culpable
de mi dolor todo
al verter de mi cabeza pensamientos
sinceros.
¿Me ves como sueño poseerte?
Y tú tan tranquila lo ves
y te ríes, me humillas:
soy tan solo un juguete a tus pies.
Olvídame otro viernes de esos,
que sea la vida hoy ya un cuento,
el mundo una bola flotando,
mis sentimientos cosa manejable.
Recuerda que algún día fuiste mi dueña
después,
cuando me veas por ahí con otras
frecuente
y mi cama esté llena de flores
cantándome sueños.
Perece la razón,
una última dosis de sopor,
la lluvia no moja ya ahora:
es el momento de saltar adelante,
mi sombra me sigue tan fiel...
Deseo lo que no tengo
y por eso me muero,
me matan, me matas
con besos demasiado fuertes,
complétame pues.
Estoy ausente por dentro
y así camino por la calle
simulando ser otro,
tan solo una sombra del ayer,
un viajero sin norte,
sin hogar, sin padres, sin nada.
No me claves, no, por favor,
la mirada esa afilada que tienes.
Deséame suerte
porque voy a correr riesgos
escalando los cielos,
los sabios lo saben tan bien...
No sé si necesito ayuda
pero solo estoy bien,
hecho una mierda florezco
en poemas de viento
que arrastra las hojas al mar...
Mi mente dialoga con cosas sagradas.
La perfección está
en dejar de buscarla.