Fue un día soleado,
conocí a un extraño
por fin había entrado
estaba allí sentado
me estaba explicando todo
así no me colocara cuidado.
Pasaron las horas y los dias,
se hacía más cercano,
me cautivabas más su voz y su empatía,
poco a poco fui conociendo su modo de ver la vida y más lo quería.
Aunque existía distancia siempre sentia el sabor intenso en sus palabras,
encontraba más enseñanzas,
fue de repente que su sonrisa me encantó,
empezaron los días a ser más coloridos,
el sol más radiante, las estrellas más brillantes,
noches en vela fascinada por sus versos, sus historias y cuentos,
hubo momentos inolvidables que dejaron huella pero fugazmente se fue desvaneciendo,
su voz se fue apagando,
las melodías de sus corazón se fueron callando,
su mirada profunda se fue desmoronando,
las caricias intensas se estaban calmando y cada momento arruinando.
Después de la paz, llego la guerra,
del amor, el odio,
de la alegría, la tristeza,
de los versos, el silencio,
del interés, el bloqueo,
del cariño, el dolor,
días grises se acercaban,
la soledad acechaba,
los recuerdos dagas en el alma,
las palabras heridas y los pensamientos dudas,
la incertidumbre y las ganas de buscar nuevamente esos días cálidos de noviembre pero ya es tarde ahora en abril el frío de las lluvias, las tinieblas se acercan y cada más alejados el corazón ya no se encuentra en aquel extraño que se convirtió en un todo y ahora de la nada se fue para no regresar y ser solo un recuerdo grabado en mi memoria.