era bella;
tenía,
diamante de corazones,
palomas en su cuello de cisne;
derrames de,
sonrisas al viento de mis mejillas,
carácter primaveral;
como no querer sus ojos infinitos;
qué fiestas de miradas;
osadía,
partió temprano;
sus luces bañaron a la mar de alegría,
cuántos océanos cantaron;
revuelo revolucionario
atómico
descompresión subversiva
creció su temperamento
bailando al ritmo de las guerras,
de los sueños, de la realidad,
fortaleció la musculatura
del esfuerzo, de la gallardía y del odio,
fémina superior
fogata universal
relativizó el porvenir,
susurrando