Eran las 3 de la mañana cuando mi alma desesperada con gritos y llantos más te anhelaba
Dando así las 4 mi cuerpo te deseaba mientras el tiempo pasaba más me apagaba
Dando las 5 sin poder dormir quise soñarte, pero era demasiado tarde
Dando las 6 un hermoso amanecer deje de pensarte
En tanto a las 7 empecé a olvidarte, triste, pero sin pensarte
Al dar las 8 esta historia termina, aunque se repita cada madruga