Hace tiempo ya y no recuerdo cuándo,
escribí mi poema mil o, si cabe, mil poemas.
Como si de una hazaña del intelecto se tratase, o
como si me hubieran apresurado una tarea las musas.
Hoy, que lo miro todo desde la serenidad de mis años,
solo tengo algo más de veinte poemas que recordar,
porque los ojos que antes miraban por doquier poesía,
ahora solo buscan en mis letras esa muda esencia
que ha quedado encendida en unos versos apenas,
palabras vivas que son una extensión de mi naturaleza.
Y, es a esos trozos de mi ser, que siempre quiero volver,
cada vez que se me ocurre creer que soy un poeta,
aunque de poesía, mis palabras solo tengan,
infructuosos intentos por trascender la existencia
y alcanzar una eternidad, en la que nadie me espera.