Es curioso escuchar el silencio en la noche,
me falta tu risa, y tu respiración entrecortada.
Me falta también tu inteligencia innata,
tu don de gentes, tu risa, tus besos y tus brazos.
Me falta también tus distracciones constantes,
tus horarios cambiantes,
tu apetito en la noche y
tu café de la mañana.
Extraño mucho escuchar el ruido del tejido,
el adorno en navidades,
tus guisos extraños,
tus dilatadas idas de compras y no traer nada,
tus ilusiones, tus desvaríos,
tus arrebatos, tu presencia y tus gritos.
Extraño extrañarte, y no pensar en ti,
en la mañana, en la tarde y
en mis noches estrelladas.
Recuerda que eres una buena persona,
magnifica gente y extraordinaria amante.
Recuérdame un poco, cuando acabes tu jornada.
Y extráñame, si puedes, un poco también,
cuando descanses en la noche.