Solo mirar tus negros ojos quiero,
Por una ultima vez y ver la vida
Con placer y no hayo la salida,
De este tierno amor por el cual muero.
Te lo digo con un te amo sincero,
Que emprende de mi boca su huída,
Para perpetuarse en esa guarida,
De tu dulce corazón hechicero.
Por esto tan bello, dulce y sublime,
Que es descubrir tu piel, en el aroma
Enervante, del matutino perfume
Y este hermoso despertar que asoma,
Entre el alba, y tus manos que consume:
La mañana y el trinar de la paloma.