A su piel, lienzo de seda
se adosó una vez brisa gitana.
Rememora un canto la gentil palabra:
\"...Déjame quererte, Nardo.
Deja reposar un poco a este viento.
Deja a mis jazmines
quedarse en tu huerto.\"
Él fue el Cóndor Andino que anidó en su alma;
Él...tan sobrio y genuino...
Se juntó el camino que los separaba.
(Y...yo no diría que fue un tiempo breve.
No se nombra breve a lo que nos marca
ni a amorosos versos
que van avivando la creciente flama ).
Mas nó...ya no aguarda al Roble florido ;
el tiempo ha traído
cientos de veredas al llegar el alba .
Pero le venera
y tan dulce historia la dejó guardada
en Baúl de Auroras
esas que atesora y carga siempre a cuestas
viajera gitana.