En la obra de Romeo y Julieta de Shakespeare, se conoce a Fray Lorenzo, personaje que casa a los enamorados a escondidas de sus familias, pues estas se odian a muerte. Como la pareja quería escaparse, a Julieta se le ocurre un plan y para eso pide ayuda a Fray Lorenzo. Se le es encargado escribir a Romeo una carta, explicando que Julieta se ha tomado un veneno que no mata, solo la pone dormida y parece muerta. Pero este no pudo enviarla. Cuando Romeo la ve, piensa que murió. Y sin poder soportarlo más, se quita la vida. Ella después de un momento despierta, lo ve muerto a su lado, desenvaina su daga y muere con él.
Si tan solo Fray Lorenzo le hubiese dado la carta...
Los alientos son más fríos,
las voces gritan más calladas.
No viste el mar entre esos faros,
el ruiseñor no busca ya a su amada.
La luz obliga caminar a los cansados,
como si de un reloj se tratase.
Te quedaste dormido bajo un árbol,
recuerda los sueños son fugaces.
Pero el tiempo,
¡Maldito el tiempo que nos queda aún lejos!
Malditas sean todas las noches,
que no haya ninguna estrella despierta.
Maldito también el sendero,
que a nuestros deseos incierta.
Nosotros contra todo,
pero no un corazón contra el otro.
Esta es la clave del lienzo,
esta es la carta de Fray Lorenzo.
Recordar el amor,
recordar los latidos.
Por el otro es que seguimos vivos,
y para el otro es que vivimos.