Pongo ante el juez esta queja:
me paso el día extraviado,
¡yo me siento abandonado!
mi propietaria me aleja.
Pues no sé que mal la aqueja,
porque la encuentro atontada
¿ella estará enamorada?
ya siempre va distraída,
con la memoria perdida,
sin que se acuerde de nada.
Señor juez, ¡no es disparate!
me ubica por cualquier lado,
así me deja tirado,
en sillón o escaparate.
Preferible que me mate,
no resisto su pelea.
Necesito que me crea,
es cuestión insostenible
Si piensa que no es posible,
yo preciso que lo vea.
Si no me ve se disloca,
¡porque le falta visión!
si registra en su cajón,
y no me encuentra, va loca.
Y cuando por fin me toca,
recupera la razón.
Se le salta el corazón,
pues pensó que me le fui.
No puede vivir sin mí,
y llora por emoción.
Vivir sin ella ¡no puedo!
por sus ojos, desvarío
solo en ellos yo confío,
y mi vida le concedo.
He de morir con el miedo,
de no tenerlos un día.
Pues me llenan de alegría,
considere esa atenuante.
Dicte sentencia al instante,
¡que me tenga como guía!
Nota: espejuelos: gafas, lentes.