Digamos que el chalet no lo he construido
pero, te ofrezco la voluntad de un techo:
goza la virtud que estremece tu pecho
y se irá de tu mente lo que has sufrido.
Digamos que corremos por dos centavos
por lo que hemos luchado sin descansar
y en las futuras victorias por triunfar,
digamos que jamás seremos esclavos.
Samuel Dixon [26/04/2022]