Es alzar los brazos
depósitos de arañas
expendedores de ratas
culminaciones de termitas,
arriesgarse ahora a la nada.
Es tan grávido el gesto
como una tierra ambulante
una trituradora de espacios
donde nada, afortunadamente,
cabe. Es levantar las extremidades,
completarse, y en ese vaivén,
el mar, como siempre, pureza de la nieve-.
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