Pablo R.

PERFUME A TANGO

 

 

Ella tenía, perfume a tango,

fina mixtura

de tarde de domingo,

bandoneón y melancolía;

un violín gimiendo

en el arrabal de la noche,

contando compases 

de dos por cuatro a la luna.

 

Sus ojos, té con canela,

eran ese pizzicato

puesto en la partitura,

realce de la bohemia que la envolvía,

como la niebla

a las calles de Buenos Aires,

cafetín y humedad.

 

Y en el berretín de los años,

su boca se volvió licor,

dulce embriaguez

para este compadrito

con ínfulas de bacán,

que deshojaba otoños por primaveras.

 

Ella tenía, perfume a tango,

a bandoneón y melancolía,

una pena en el alma,

de lluvias y golondrinas,

pasó en mi vida una noche

siendo remedio y herida.

 

 

-. PaR

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26042022