Ver cómo se cierran las puertas del deseo
Ver cómo las comisuras se ahogan en el silencio del murmullo
Ver cómo se castiga la costumbre de la nada
Sigilosos presenciamos cómo el Sol descendía
Sigilosos vimos a la Luna
Pálida en busca de las últimas horas
Y hay tanto que fue absorbido por nuestros maestros
Por tótems inmisericordes
Entre voces que castigaban su asfalto
Y ya somos tan viejos que no podemos mentir
Al fin y al cabo nos servirá saber
Al fin y al cabo eso será como cerrar otra puerta
Ya no hay sentidos que paralicen las escenas
Ya no gritos que instiguen a la calma
Y son tantas las puertas
Que no es posible atravesarlas todas
Son tantas las puertas que preferimos ir derechos
Ignorando dónde se fraguan las llaves
Desobedeciendo al tiempo
Que con su hoz desintegra todos los espacios