Me recetaron abstinencia de sus ojos,
de su piel,
de su voz.
Pues así, el tratamiento seguiría hasta que solamente fuéramos dos extraños en un mundo de coincidencias. Dolorosas y agonizantes coincidencias.
Pero ¿Cómo olvidarlo?
Si la luna me sigue cada noche, recordándome un fallido tratamiento con reacciones secundarias;
Ansiedad, tristeza, nostalgia y soledad cada vez que uno cree que va mejorando.
Siempre espero que el tratamiento funcione; un día, tres días, dos semanas, un mes, pero cuando menos espero las reacciones secundarias casi tácitas, casi ocultas aparecen, dejando un saco de huesos y sueños vacíos que anhelan vivir lo que pudo ser.