Nunca había sido una tarde tan gentil dadora...
Le ha impreso a tu siesta, mi nena pequeña,
pinceladas tiernas y embelesadoras.
Eres, chamaquita, milagro sublime...
otra vida unida a las almas que aportan
dulces primaveras esperanzadoras.
Perlita de Oriente...bendición inmensa...
Acude una nana de mi alma si lloras.
Cuando tus manitas rozan mis mejillas
todo un universo mis células toca.
... Ya se abren tus ojos, umbral de palacio
albergando al centro dos dulces palomas...
Siento que bien vale la pena vivir consagrada
a criarte, crecerte y mostrarte el idioma
que enseñan la tierra, la lluvia y los mares.
Graduación de Madre sin franco diploma.