La ventana abierta,
un pedazo de cielo que se asoma
tenue, introvertido, confiando en tus ojos
donde se refleja tímido, entre flores
Tu figura augusta, recostada al cristal
un rayo de luz ingenuo que te revela
sobre las sábanas blancas que te cubrían
con el trino del ave que marca su compás
para que no olvidemos la ofrenda
En esta mañana húmeda
las flores confían en el rocío, que abrirán sus pétalos
tu espalda ilusiona mi mano acercándose en silencio
para recibir sutil y ligera la caricia que embelesa
el alba nos acuna, como arrullando nuestros besos
bajo las sábanas blancas que cubrieron nuestros cuerpos
Quisiera que mi boca muda, hablara con la mirada
al contemplar tu figura erguida, mirando la mañana
y pudiese hacer que el prado se convierta en marejada
con el soplido de mi alma al saberte mi Amada