Han sido largos los días
y eternas las horas
esperando sentir tu aroma,
la suavidad de tus labios
despertando mi deseo,
la calidez de tu mirada
derritiendo mi recelo,
tus varoniles manos
enardeciendo los contornos de mi cuerpo,
los cristales empañados
por el calor del momento,
las sábanas mojadas
de pasión desbordada,
la lujuria se queda corta
y la codicia se torna escaza
en el vaivén de dos cuerpos
que... por fin,
se acarician el alma…
Nuestro encuentro
un sueño que se desvanece al alba...©