***Mi Niña Blanca, mi Monja Blanca***
Titiritando de frio en los
bosques de las Verapases,
así te encontré a los pies
de una ceiba…
Tu belleza me deslumbro
tu rostro empalideció,
cuando nuestras miradas
se encontraron.
Un quetzal de pronto paso
acariciando tu rostro con
su bella cola…
Tus ojos como carambola
se fueron detrás de el,
mi corazón seguía allí junto
a ti titiritando de frio cuando
el chipi chipi te baña el rostro.
Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que has crecido en esta tierra
de leyenda, maíz y café…
Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que tiemblas de la emoción
cuando escuchas las teclas
morenas de la marimba…
Mi niña blanca, mi Monja Blanca
que eres algo así como una lagrima
de Dios…
Lagrima de alegría, lagrima de tristeza
que hace fecunda a esta tierra del quetzal.