Vuelvo a tu lado
y pienso que el destino
me es favorable.
Hay ¡tantas cosas!
pendientes y que haremos,
poquito a poco.
Mirar la tarde,
buscar entre las nubes
algún cometa.
El de esos niños
que juegan, en la playa,
lejos del mundo.
Y volveremos
al faro y a la iglesia
de nuestra infancia.
Allí sentimos
la brisa de los besos
en ambos labios.
Era un nordeste
cargado de ternura
y de pasión.
Besos y abrazos,
miradas sorprendidas,
interminables.
Por eso vuelvo
y pido que regreses
a este momento.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/04/22