No recordaremos más el dolor
No llenaremos el caliz de resentimientos
Por más que los gritos se confundan en aplausos
Por más que nos observemos mutilados
Todo es de pronto tan efímero
Los desiertos pueden ser clepsidras
Los besos de silenciosa arena
Todo es efímero y cambiante
Los amantes un signo prematuro
Las oraciones una colección de figuritas
Tu recuerdo una puñalada
Tus manos una ilusión venenosa
Decidimos salvarte del dolor
Le dimos voz a la vida
Y ella lo aceptó
Pero tus murallas no son de arena
Quisimos inducirte a una renuncia
Quisimos que dejaras pasar un manantial
Y te aferraste al oasis de piedra
Tenemos en la lengua una verdad de fuego
Tenemos un vale para que no sufras más
Ni sangres por la misma herida
Pero decidiste marchitar tus venas desde adentro
Nosotros romperemos la promesa
Y dejaremos que el viento nos erosine con su risa
No pensaremos en volver
No pensaremos más en paisajes
Ni tocaremos las espinas
Porque el dolor se ha convertido en juego
Porque el dolor quiere escapar del desierto
Y estrellarnos en la arena