Hay un bonito cofre,
en la otra orilla del río,
de aguas bravas
y muchos cocodrilos;
temidas pirañas
y algún hipopótamo
de mirada fija.
Ni puentes colgantes
ni las cuerdas de Tarzán,
quien lo quiera,
a nado tendrá que cruzar,
el cofre es de color rojo
y en su interior,
¡la llave del amor!
Quien busque amoríos,
que se ponga a nadar,
que no es empresa fácil
el querer enamorar.