Locura que sube y no se contiene
desborda por los suelos, llegando con la vista al cielo.
Locura que de amor vuela, migrando al sol, no dejando nada por llorar
junto a un abrazo que encontré abandonado, antes del anochecer.
Hay ecuaciones que dan un resultado cero
es como si en plena noche
hubiese un sol repentino que iluminara hasta la ceguera absoluta
esa percepción del entorno universal.
Reflexiono, sobre esta visión cegadora
tras unos instantes viene a mi mente
la compulsión apremiante de leerle el poema
a una roca que tengo en el jardín.
Atemperando el frio, lo hice
esperando la reacción de esa roca.
Esperé el tiempo prudencial y el resultado fue decepcionante…
absolutamente nada, o sea cero.
Entonces he regresado a meditar
Qué es ser
si somos tantas cosas, que ninguna es algo.
Como esa mano, que es de alguien
quizá tuya
que abriendo la puerta, puede dejarme pasar
a a ese sitio tan difuso y vano, llamado destino.
La aleatoriedad de los pensamientos propios
me da una idea
del caudaloso océano de realidades, en que vivimos
donde vemos todo, desde un punto distante de nosotros mismos.
puedo describir imágenes
que llevan una historia o parte de ella
donde el dramatismo se acentúa en el contexto
más que en el sujeto mismo.
Es cuando siento realmente
que más vale
nunca hallar el paraíso
y eternamente buscarlo
en la esquiva mirada del amor.
Ante esto
el ave abraza el cielo y se sustenta
en la aparente nada…
En la mirada, se sumergen océanos
mientras cielos de estrellas fugaces escapan
eternas, en cada deseo...
en un universo de luces y sombras
donde ellas existen
en la casualidad de la observación.
Tras haber caminado sobre la tierra
tantos años
me parece una maravilla, no la naturaleza
...............
es una maravilla eso que le dicen \"humano\"
que básicamente es un consorcio de elementos naturales
soportando una cosa imprecisa
que llaman mente, alma, consciencia, conciencia
y otras muchas figuras abarcativas
de un universo caprichoso y vano.
Veo esto
desde este camino en forma de ocho
que me hace descender y subir
bajando aún más hasta el infinito.