EVANESCENCIA.
Como una flor abandonada y mustia,
con paso lento de mujer cansada,
y un deje de tristeza en la mirada,
tu cara reflejaba horrible angustia.
A mi lado llegaste sin presencia,
y tus labios temblaban sin sonido,
solo un recuerdo del amor sentido,
antes de asesinarlo con tu ausencia.
Tus cerúleas pupilas me miraron,
y al mirarme también se humedecieron,
los sueños del ayer pronto volvieron,
y en el alma de nuevo se anidaron.
Y temblaste al contacto de mi mano,
último gesto que de ti recojo,
y entre un río de lágrimas y enojo
viví el recuerdo de tu amor lejano.
Tu cabellera de ébano era un manto,
que te cubría de la noche fría,
y en tus labios el beso se moría,
estrangulado por tu propio llanto.
Con tu sonrisa de muchacha triste,
tu lento paso y tu mirar ausente,
caminaste perdida entre la gente,
tal vez buscando el sueño que perdiste.
KIN MEJIA OSPINA EN NOCHES DE NOSTALGIAS