Te he visto partir,
y siento que no puedo ni quiero,
extrañarte tan pronto,
cuando te veo alejarte…
Tu olor se desvanece,
en esta etérea niebla,
que me ahoga en su distancia,
con tu presencia vaga…
No consigo más que vivir en tu recuerdo,
en nuestras imágenes frente al espejo…
y sé que había mucha magia en esto,
porque al escribir el primer verso, lloro…
Te siento en cada pliegue de mi rostro,
en todas las lágrimas que vierto,
que ayer logré que no salieran tanto…
Te amo en cada verso que te escribo,
incluso en aquellos que ya no escuchas,
te amo con cada verso que recito,
incluso en aquellos que digo en el silencio…
Te recuerdan siempre, cada día, mis manos,
al dibujar tu cuerpo en el viento,
acariciando suavemente tus finos pechos,
sorbiendo con mis dedos los perfumes de tus lamentos…
Te amaré en cada suspiro de mi vida,
con todas las lágrimas que por ti lloren.
mi cuerpo, mis brazos y las arrugas de mi rostro…
Te amaré en cada beso que te he dado,
en todos los versos que en ti he inventado,
que por ti escribí a los cuatro vientos…
Te amaré con cada suspiro de mi cuerpo…
Te amaré en cada uno de mis sueños…