En México el 30 de Abril festejamos a la Niñez.
Hoy quiero dedicar este poema al niño que a veces olvidamos que hemos sido, a nuestro niño interior.
COMO UN NIÑO
Por favor, nunca me digas
que “no haga tonterías”.
Te ríes de mis “niñerías”
y lo haces como un insulto.
Me dices que ya he crecido,
y “me comporte como adulto”
¿Para ti qué significa?
¿Que ya deje atrás la risa?
Que la gente de respeto
se trata con seriedad
y no entiendo, de verdad,
¿crecer por fuerza es dejar
de la niñez la inocencia,
la sorpresa y el humor?
¿Por ser adulto no puedo
corretear bajo la lluvia,
hacer castillos de arena,
salir a volar cometas?
¿Debo cambiar mi carácter
Y volverme un amargado?
¿Olvidar que había soñado
ser astronauta o piloto;
que en algún lugar remoto,
alguna isla desierta,
haría una casa con puertas
que no pudieran a cerrarse?
Dime ahora, ¿a quién engañas
diciendo que ya creciste?
Si un adulto te volviste
porque olvidaste a ese niño
que jugaba con cariño
con un perro callejero.
Que sus mayores tesoros
eran bolsas de canicas,
algún trompo, o un balero.
¡Qué solo has de estar!, qué pena
si tu infancia has enterrado
en el fondo del pasado,
y viendo que ahora está llena
tu cabeza de tristezas.
Que no sueñas, que no rezas
antes de irte a la cama,
y tus fines de semana
son también para el trabajo.
¡Vamos, despierta, carajo!
¡Tu niño te necesita!
¡Está llorando por dentro
Porque le has abandonado!
y le has dejado encerrado
en tu coraza de adulto.
Porque vives aferrado
a las cosas materiales
y consideras banales
las que son más importantes:
amar a tus semejantes,
cuidar de los animales;
detenerte a ver la vida
que bulle a tu alrededor
en el pasto, en una flor,
en los ojos de un anciano.
Y que ensuciarse las manos
con tierra o con un helado
no te vuelve un condenado
a una pena o a un castigo
Vamos, perdónate, amigo.
que tú también necesitas
el consuelo de un abrazo.
Anda, relaja tu paso
para poderte seguir
y escucharte con cariño,
que yo, también, como un niño,
te quiero ver sonreír.