Tu ausencia me abruma,
El saber que escribo sola,
Con mis pensamientos,
Con mis deseos,
Sin tu mano que me ayuda,
Para no desfallecer,
Sin tu guía,
Para enseñarme el camino,
Que he de recorrer,
En el silencio de mi existencia,
Con la nostalgia de tus besos,
Con la añoranza de tus caricias.
Y yo aquí,
Mientras cae el roció de la aurora,
En una mañana apacible,
Pienso en ti,
En que quizás un día,
Cese la búsqueda incansable,
En el caminar de mi vida,
Y por fin pueda dormir,
En los brazos de mi amado.
Tu ausencia me entristece,
Hace mis letras grises,
Opaca mi risa,
Y mi alma clama tu presencia,
Mi pecho se exalta,
Por el frio,
De saber que no estás,
No oigo tu voz,
No siento tu respiración,
Tu cuerpo esta distante,
Mi cama está vacía.
Sin ti no hay primaveras,
El sol pierde su brillo,
Y las estrellas su fulgor.
Tu ausencia me devora,
Y como un puñal,
Atraviesa el sentimiento,
Ahogando mis latidos,
Pero entonces algo insólito sucede,
Escucho el sonar de unas campanas,
Que me indican que has llegado,
Que la ausencia es ficticia,
Porque muy dentro de mí,
En lo más profundo de mí ser,
Te siento suspirar,
Y en un dulce susurro,
Le has hablado al corazón,
Y le has dicho,
Que hay una esperanza,
Y la ausencia,
Se ha convertido en espejismo.
Colombiana.