Bolívar Delgado Arce

COMO UNA CADENA

Pasaste una tarde por la otra orilla

yo te vi pasar

tu rostro era núbil, sonrisa sin par

pasaste contenta, con paso jovial

tu pelo volando, directa, frontal

mirando al norte, sin ningún pesar

sin prisa y cantando

por la otra orilla yo te vi pasar.

Con prisa, extasiado te seguí el compás,

mirando, indagando el recodo final

me viste, sonreída, mirada fugaz

y alegre y suelta, te fuiste sin más.

Llegué a tu borda, estabas en paz

una palma alta nos oyó charlar,

caía la noche, se oía el cantar

de grillos y ranas, y aves orar.

Cimbraban los juncos, tronaba el cielo

mil rayos caían allá al final,

tus manos mis manos queriendo apretar

mis manos, tus manos sin querer soltar.

Curiosos luceros querían mirar

tu rostro, mis ojos, los labios hablar

la sombra, la luna y un nuevo cantar

de estrellas lejanas, de olas golpear;

y nació un beso, uno, nada más,

pero más cadena no puedo pensar

porque nunca, nunca, te pude olvidar.

 

                    Bolívar Delgado Arce