Iván González Martínez

Noventa grados

Hijo, mi más bella historia 

Tiene algo de pecado

Y un ángulo de noventa grados 

Con destino hacia la gloria.

 

De abajo hacia arriba, como asintiendo, 

No descansaba mi cabeza, 

Succionando una cerveza

Y con un dedo, otra pidiendo. 

 

Pero fueron noventa grados 

Y no precisamente de alcohol, 

Los que encendieron el farol

De mi cerebro maltratado. 

 

Hijo, noventa grados hacia la derecha, 

En la barra llovía virtud, 

Ya después llovieron flechas

Y entonces naciste tú.