Nuestros ancestrales demonios
aquella noche nuestras mentes
asaltaron. La carne les responde
sometidos a sus oscuros deseos
impotentes nos declaramos.
Lascivia, lujuria, en imprudente
estado nos regocijamos
Devastación, asolados impúdicos
la piel no es bastión suficiente
Dentro, profundamente el cuerpo
siente el latido, palpitando el rayo
que los atraviesa, lluvia espesa,
fluir convergiendo entre los muslos
Al alba regresa el amor enlazados
en el lecho sudor, orgasmos lágrimas
#PoetaUrbano