Puedo verte entre lamentos
Puedo imaginarte deseosa de placeres
Enloquecida por sentir el fuego que no arde
Quisieras abandonar la mirada de tu madre
Quisieras escapar sin que importen las orillas
Te pertenece un tesoro de adicción
Es tuyo el límite entre vivir y creer hacerlo
Tomas el tiempo imaginando tu frescura
Pero solo conseguimos descubrir tus sobresaltos
Sé de los días de tu soledad
Sé de los límites de la palabra
Sé que sueñas con destruir el deseo con violencia
Sé que deseas los máximos murmullos
Mientras ordenas a tu cuerpo rechazar el placer
Pronto llegará el día
Donde busques mi nombre en tus cabellos
Pronto llegará el día y no estaré
Y serán un aullido el que alcance mis oidos
Entonces iré a tu guarida
Y tomaré el secreto que adivinan los hechizos
Destruyendo los límites de tu carne