Él quien siempre buscó forjarse con hierro, tratando de helar a quien entregaba su empeño en brindar algo más que un amor pasajero.
Recordaba en las noches su sufrimiento, temores y desconsuelo, entregando su fragilidad a la luna y el sueño.
Él quien encontró otro camino, saliendo de la celda a la que por voluntad entró y recorriendo un sendero que sentía mejor.
Trascendió usando la razón, aceptado lo que un día perturbó su corazón, es un hombre valiente que la experiencia aceptó.