José Luis Barrientos León

Alma mía, inquebrantable

 

Quisiera que esta tarde

mi alma se estremezca y tiemble

infunda aliento de vida, como divina llama,

que mantenga los ojos abiertos

contemplando la profundidad del cielo

fundiendo mi corazón con el celeste, insondable,

 

Que desconozca el tiempo contrariado

el enigma del intelecto que opaca la lucidez

que discapacita el sentimiento,

con la sed eterna del saber

 

Quisiera que se deleite con el misterio del amor

que funda mi latido con el escalofrío de un abrazo

y descubra el sublime significado de un beso

de los ardientes labios que me inspiraron deseo

 

Alma mía, si tan solo una vez te alejaras del abismo

del cuerpo terrenal y sus torrentes de sangre

que tiñen de rojo el océano y la mirada

sí abrieras tus alas para alcanzar lo celestial

sí escaparas de la carne, si mi cuerpo fuera cielo

 

Abre tu eternidad a este momento

envuélvete de luz,

suspira los colores del tiempo

reconoce la plenitud del amor

danza, canta, ríe

vuelve a ser alma y devuélveme la vida.