No sé porque te amaba, si en casa
no hacías nada, ni lo demostraba;
hasta cuando llegaba de mi trabajo
cansado, ni un juguito me tenías
preparado, y sabías a que hora llegaba.
Hoy te arrepientes, después que me
perdiste ,y dices que tú ganaste.
Cómo me río, gozo de un buen bocado,
porque la que me prepara mis
alimentos no me exige mucho, todo
Nos alcanza, y cómo somos felices;
porque ella es toda una dama en mi
alcoba, hasta en mi sencilla casa.