jorge enrique mantilla

Adiós madre querida

Adiós madre querida

 

Se ha ido un precioso ser, se ha marchado mi madre y el día se llena de neblinas y oscuridades

Nos queda su recuerdo y la hermosa vida que nos dio llena de amor, de claridad y verdades

Se ha ido un ángel, se marchitó una esperanza, que acariciaba cariños y voluntades

Nunca se borrará de nuestra memoria a pesar del miedo y el espanto de las soledades

Sus consejos y sus valores, perduraran por siempre en nuestras diarias actividades

De día, la llevaremos en el trabajo y en el pensamiento con sus nobles bondades

Y en la noche, la llevaremos en los sueños con la imaginación de sus profundidades

Se murieron sus besos, pero quedó su aroma que anidó en mi corazón con intensidades

Se esfumaron sus bendiciones, pero quedó allí en la puerta, su figura para las eternidades

Se marchitó su alegría, su voz melodiosa y el escondite de sus complicidades

Se marchó para siempre la madre protectora y se llevó su amor y sinceridades

Sólo quedaron sus hijos, sus anécdotas, sus cuentos y sus leyendas llenas de curiosidades

En este día tan especial cierro los ojos y veo a mi madre en el cielo con las divinidades

Se ha ido una flor, se marchitó un jardín, dejando el abono con sus vitalidades

Sus pétalos cayeron sobre mi cuerpo adolorido, llenándolo de pesares, de angustias y calamidades

Se siente su ausencia, se siente su partida, se siente el silencio, se siente la brisa que acecha temeridades

Su cuerpo se volvió cenizas y polvo, sólo quedó el recuerdo para las posteridades

Su alma buena y pura voló hacia el infinito y del cielo sus espiritualidades

 

Día de la madre para recordar, que el tiempo pasa y jamás a este ser se olvida

Agradecerle por darnos el ser, el cuerpo, la hermosa y preciosa vida

Son lazos de amor y sangre que quedan intrínsecos por siempre permanecida

Queda una herida sangrante y profunda por la encantadora madre perdida

Con pena y dolor se lleva en las entrañas a la madre adorada y querida

Dios nos dio su bella naturaleza y a la madre esplendorosamente ofrecida

De todas las mujeres fuiste la madre delicada y primorosa, la única maravillosa preferida

 

Se marchaste el día menos esperado, dejando el corazón agobiado y sangrante

Me amaste tanto que dio su cuerpo, su alma y su valor que es lo más importante

La amé con la fuerza de mi espíritu y con el infinito amor y querer abundante

Su partida dejó arrugado el cuerpo, el pensamiento con la palidez de mi afligido semblante

Fue mi riqueza, mi sol y mi luna brillante, mi oro deslumbrante y mi anhelado diamante

Ver partir la madre encantadora, es ver morir un jardín florecido de pétalos fascínate

Seguir sus pasos, sus incalculables valores y sus consejos que repetía en su lecho agonizante

Pedirle a Dios que reciba en su gloria, el alma buena y pura de mi madre, con fe y esperanza reconfortante.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga mayo 08-2022