Pretendo en mis versos cantarle a la vida
con fuerza espartana, su esencia vestida.
Es sueño que tengo, que callen metrallas,
y vivan los hombres, sin grillos, sin vallas.
¡Que el mundo se vista, de Paz y de Gloria;
y nadie conserve del odio memoria!
¡Que brillen por siempre de luz sus fulgores;
llevando en el alma, de amor sus colores!
Deseo la ausencia de crueles tiranos,
que tanto mancillan derechos humanos.
¡Que sea la tierra lugar de placía;
y en vez de lamentos, que exista alegría!
Bondad en los hombres persigue mi canto;
tratando que acaben miserias y llanto.
Camino buscando la noble justicia,
soñando incesante, nos de su caricia.
Mi numen de asceta, piedad dulcifica,
y llena de afanes, mi voz lo predica;
y voy por la vida mis trovas cantando;
la fe y la esperanza, por siempre sembrando.
¡Por eso mis rimas, de rojo se visten,
queriendo despierten lo buenos que existen;
y llenos de anhelos, y gran hidalguía;
se vuelvan faroles que sirvan de guía.
Autor: Aníbal Rodríguez.