John morales

Liras amadas I

¡Oh!, Hespéride, tu boca
es la sangre que roja ha derramado
esos besos que evoca
ese labio curvado;
que llega de la amada, del amado.


Tu beso es la victoria
de los labios ahora ya dichosos.
Así escribes la historia...
Con besos armoniosos.
Que en tu boca se hacen melodiosos.


¡Qué hermosos son tus besos!
Eclipse de mujer y suave luna
por mis  labios confesos,
en la ignota laguna,
que al beso de mi amada es oportuna.


¡Oh!, amada, de tus ojos
nacen las más lumínicas auroras
en sus matices rojos.
Oscilando las horas
de los crepúsculos en donde moras.


Tus ojos son candelas
que se enciende al azul de tus miradas.
Oscilando las velas
donde fueron bordadas.
¡Oh!, Tus ojos son un millar de hadas.


Los lirios de tus pechos
son dos blancos caminos redentores.
Que quitan mis endechos.
Tus pechos son rubores
que se atan de pasión en mis amores.


En las noches de luna 
juntando las estrellas yo te amaba.
Eras como ninguna.
El día aproximaba...
Mi alma por ti, otra vez amor juraba.


Amor mío, tus pasos
de mujer en las huellas apresura.
Ya llegan los ocasos!
Y tengo gran premura
de mirar en el día tu hermosura.

 

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John Morales Arriola