Me sumerjo entre el sabor de un trago de whisky y mis pensamientos, esos que no son tan amigables y carecen de sentido del humor.
En la radio está sonando una canción que deberían de otorgarle el premio a la canción más oportunista del año, y suspiran mi ganas de llorar... mientras que la melodía en conjunto con la letra amputan lo que queda de mi corazón.
Miro con desdén hacia algún lado y sonrío con tristeza, ya valió madre y dejándome caer en el sofá... me dan ganas de escribir estos versos.