Antonio Martín

Cuidado con las miradas

No es cuento de fantoche,

que una mirada bien lanzada, 
atraviesa corazones
y si es bien recibida, 
se torna descarada. 


De las miradas con lujuria, 
hay que tener cuidado, 
que unos ojos ardientes
y certeros, 
encarcelan al corazón
más inocente y lo deja hasta cegado. 

 

Habrá quien rehuya una mirada
y le persigan en la escapada, 
al no ser de su agrado, 
es serpiente venenosa, 
alcanzar la lejanía, 
será su gran alivio.