No puedo ofrecerte nada porque no tengo absolutamente nada, y porque no deseo tener.
No quiero prometerte un corazón mal herido que herido gime sin saber por qué; quiero darte mis alegrías para que no llores más, aunque eso es imposible, quiero darte mis alas para que puedas desprenderte cada que lo necesites y quiero darte mis besos para que sanes.
No quiero tenerte en la jaula de mi corazón porque está oxidada, y no quiero darte alpiste porque éso es una metáfora vana, quiero darte alegrias y que aprendas a vivir. Que te desprendas de ésas cadenas que tristemente y metafóricamente te aprietan el pecho hasta quitarte el habla, quisiera darte lo que yo no tengo, esperanza.