Los que han tenido un cáncer,
y lo han superado o sobrellevado,
tratan por todos los medios de parecer normales,
de trabajar, y ser positivos sin matices.
Los que tienen fibromialgia con infinitos dolores,
enfermedad creciente y discapacitante,
con tremendos y perfidos dolores musculares,
pero que trabajan y luchan y no cambian el semblante.
Los que nacen con tumores internos,
que crean secuelas de crecimiento y de desarrollo,
tienen infinito merito por sus sueños,
y porque en el fondo saben que son distintos.
Los que trabajan con salarios indignos,
sobrecapacitados, enormemente inteligentes e infravalorados,
pero se encuentran por la necesidad atrapados,
siempre risueños aunque se sienten presos en calabozos.