El otoño toca nuestra puerta,
No llena con sus hojas secas, con su pureza,
Cambiando nuestro paisaje dejando las ramas desiertas,
Derribando las hojas secas, dejándolas en el suelo inciertas.
Quedan flotando sobre el lago,
Donde tú y yo nos reflejamos,
Donde nuestras siluetas se miran besando,
En esa superficie cristalina donde nos estamos amando.
Donde los crepúsculos dejan su luz brillando,
Se pintan las aguas de amarillo mientras se van apagando,
Quedando nuestras sombras que se van poco a poco borrando,
Casi no se distinguen, pero se ve que se están abrazando.
Caminando hacia nuestra casa recuerdos vamos dejando,
Los que se guardan en los árboles entre sus ramas se van adentrando,
Mientras se revuelve con el otoño y su esplendor,
Hace que tengamos románticos sueños los dos.
El otoño se matiza con tu hermosura,
Se llena todo el ambiente con tu dulzura,
Mientras entre sombras mueves tu figura,
Mientras caminamos por la nocturna llanura.
“Nos sigue en nuestro amor el otoño, con su color marrón se refleja en tus bellos ojos, mientras vuelan los pájaros indefensos, con nuestros besos dejamos todo en silencio.”