Que bonito es recordar
aquellos primeros días
cuando al mirarme decías
contigo voy a soñar.
Difícil de imaginar
cuando podríamos vernos
los días se hacían eternos
sin podernos abrazar.
El caprichoso destino
que un día nos quiso unir
no pareciera advertir
como unir ese camino.
Llegó ese virus mortal
que fue quien marcó esos tiempos
quiso mover los cimientos
de esa base emocional.
Te inoculó su veneno
queriéndonos derrotar
más nuestra forma de amar
subyugó a alguien ajeno.
El amor que es inmortal
fue venciendo impedimentos
nuestros fuertes sentimientos
primarían al final.
Classman