Tus ojos brillantes
me flecharon aquel día,
y yo, como cualquier hombre
caí rendido a tus pies.
Cuando mis toscas manos
tocan lo suave de tu piel,
mi espíritu desvalido
Desfallece por tu miel.
!que soberbia eres!
tan perfecta y bella,
Juro por mi Dios
Que de nuevo me enamoré,
Talvez son sus labios tersos
De musa Calliope.
Que me embelesan el alma
Cual poemas de cama.