Precintada la noche
Y con un balcón con orientación al mar
Hoy se hace, sin duda, de rogar
Una actitud sin reproche
Siempre con buen aliento e inspirado
Otorga un amor que no adolece
Pues es puro calor y dador que ofrece
El corazón a sus allegados
Sembraron dolores incorporeos
Y el ayudó con festín apaciguador
Notaron en su senda huellas de un fuerte ardor
Resultado del perdón que han pronunciado
Y así se pasa la vida entera
Gestionando emociones de compañeros
Su virtud vale mucho más que el dinero
Y sus hazañas son proezas verdaderas