Casi a diario visitan los turpiales
las sabanas repletas de tu ausencia,
y recitan sus cantos con mi audiencia
allanando vacíos terrenales.
Son sus cantos quejidos especiales.
Son nostálgicas notas que en esencia
evocan con su trino la frecuencia
de liras y trompetas celestiales.
Jamás se oyó tan triste tono en mi alma
llevándola hacia prados del pasado
donde me veo alegre y en plena calma
de tu mano seguro,resguardado.
Ahora el porvenir muestra la palma
y en ella éste poema retratado.
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