Cuanto daría por ser un Juglar, del que de su voz salen los más profundos versos de amor.
Donde cada melodía de su laúd es pasión, entrega, clamor y sentimientos de regocijo.
Ser el que expresa sus más profundos lamentos, pero también sus intensos deseos.
El que es recibido con la mayor alegría y al no estar, añorado con fervor infinito.
Del que sus versos son oídos con deleite, mucha atención y guardados en el corazón.
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