En la promesa de la resurrección,
mi padre os preguntará;
durante la estancia en la tierra
que provecho os pronunciarán.
¿Con qué amor llegaste,
sin saberte anunciar?
¿En qué llenaste el amor de tus ojos?
¡Si nunca supiste amar!...
Y que heredaste de la tierra,
si en vida no lo supiste apreciar;
para entender las buenas obras
yo tuve con amor propio actuar.
En la promesa de la resurrección,
todo mundo despertará;
será como el fruto maduro
que ha podido madurar.