¿En qué momento la perdiste?
gloriosa llama que montañas mueve
en ti, tu corazón llueve
tormentas turbias que jamás viste.
¡Dolor inédito, mas, tan vecino!
a lo que en tu vereda veías
punzadas crecientes, conocidas,
pinchando tu alma con su filo.
El mayúsculo abismo esparcía
con cada angustioso suspiro
el aire más denso absorbía
llenando el espacio de hastío.
El trágico evento se avistaba
decir adiós al mundo, mas, temías
al final del túnel te aguardara
no la luz, mas la agonía.
Aún así, nada veías
nada que tu pena disipara
ni una cruz, sólo porfía,
esa lucha que jamás cesaba.
En los segundos tu esencia pura,
inasequible, se disolvía
los años de tu vida en furia
en tu mente muestran las fotografías.
Mas, minutos más, tardía,
reconociste aquel paisaje hermoso
todo lo bello y la familia
desbordando su amor gozoso.
¡Era tarde, el aliento padecía!
tus ojos brillo desteñían
tu voz, labios... corazón, cedían
vida y muerte al fin fundían...
Copyright©2010 Rocío Vega-Ponce