A veces cuando el dolor aparece
y la tranquilidad desaparece,
a veces cuando el odio se presenta
y el amor por completo se ausenta,
a veces cuando nos ciega la oscuridad
y no vemos todas las cosas con claridad,
en ese momento me pregunto: ¿Dios existe?,
y si es real, ¿porque permite que esté triste?.
A veces cuando los bellos momentos
se transforman solo en lamentos,
a veces cuando no encontramos respuesta
para problemas que en este instante
son pequeños pero los vemos gigantes,
en ese momento me detengo y pienso:
¿Dios no puede cambiar mi vida?
¿No puede guiarme hacia la salida?.
Cuando veo alrededor, el mundo está en destrucción,
guerras, conflictos y una gran contaminación,
los que tienen el poder perdieron la razón,
y solo actúan demostrando su frío corazón.
He aquí donde pienso: ¿Dios cuando vas a actuar?
¡Tanta maldad en el mundo que podrías parar!
¡Cuánto sufrimiento al fin se podría terminar!.
¿Realmente existe Dios? ese es el gran dilema,
y aunque mis ojos nunca lo han visto,
con su presencia no hay mal que yo tema.
Podemos no comprender algunas situaciones,
podemos tener miles de frustraciones,
podemos errar con nuestras decisiones,
puede haber maldad en todas las naciones
y oscuridad en millones de corazones,
pero Dios está ahí y nos ama sin excepciones.
Dios existe.
Existe cuando despertamos cada mañana
y terminamos con regocijo cada semana,
cuando abrazamos a alguien sin rencor
y aprendemos a perdonar de corazón,
cuando ayudamos al que está inválido
y al que tiene frío damos un abrazo cálido,
cuando admiramos el bello atardecer
y tenemos la dicha de ver el anochecer,
cuando reconocemos que hemos fallado
y vivimos totalmente como un ser renovado,
cuando creemos en las segundas oportunidades
y olvidamos el orgullo, el prejuicio y las vanidades,
cuando vemos las sonrisas de los infantes
y brindamos alegria a nuestros semejantes,
cuando decimos que ya no podemos seguir,
Dios nos da la fuerza para poder vivir.